David Moreno Sanz

Jacek Yerka





Sueños cumplidos


Las palabras que aprende antes de dormir, con los primeros rayos de luz aparecen escritas en el vaho de la ventana. Con ayuda de papá y mamá las lee en voz alta antes de ir a desayunar, y de camino a la cocina, se encuentran con un erizo, al girar por el pasillo las alas de una libélula le acarician la mejilla y sentado en su hamaquita le sonríe una cría de tiranosaurus. Días anteriores fueron chimenea, elefante, dragón, caballito de mar. Esta mañana apareció escrita la palabra abuela y después de leerla, sorteando lágrimas, la magia hizo el resto.



Rueda de reconocimiento

Era una sala fría, yerma en adornos, virgen de colores. Unos agentes de policía nos habían conducido hasta ella a horas intempestivas y nos fueron colocando sobre una tarima junto a otras parejas de supuestos padres. A Ángela y a mí nos tocó detrás de un cartel con el número 4. De repente, se iluminó un foco que inició el recorrido. Cuando se posó en nuestros cuerpos temblorosos, nos agarramos las manos con fuerza, esperando que no pasara de largo, susurrando que éramos nosotros, que nada de castigos ya, que chuches las que quisiera. 



Las cuatro estaciones

Lucas se encuentra en la primera planta de la Biblioteca Municipal, sección Narrativa, en el pasillo de la “C” de Cervantes, Cortázar… cuando enfrente, en el pasillo de la “D” de Dickens, Dostoioevski… ve una cara de mujer que le resulta conocida. Frunce el cejo, se rasca la barbilla, no recuerda quién es, la bufanda y el gorro de lana que lleva no le facilitan la tarea, pero está seguro de que han coincidido antes. De repente las estanterías cambian de coloración, del clásico marrón nogal, al rojo, naranja y ocre en diferentes tonalidades, y la superficie de las mismas comienzan a resquebrajarse por el peso de la melancolía. Lucas sigue pensando en esa cara, tan tan agradable que no es consciente del remolino de viento que arranca hojas de los libros y caen al suelo formando un manto otoñal. Esa cara… Tan centrado está que tampoco siente el calor soporífero que se instala ahora en la sala, a los usuarios les queman las tapas de los ejemplares y no pueden más que soltarlos. Esta situación no dura mucho, lo justo para que Lucas viaje en el tiempo retrocediendo unos años, de estación en estación. La temperatura es suave, huele a flores, se oyen cantar pajarillos y él camina de la mano de una niña. Le acaba de dar un beso en su inocente mejilla.



Carencias

Un tipo que vive solo llega a casa, abre la puerta, la cierra tras de sí, se introduce en el pasillo y sale a recibirle un gato que no tiene. Ante la sorpresa inicial permanece quieto hasta que ese mismo gato se frota contra sus piernas. Le prepara entonces un plato de leche con galletas pero éste insiste en conducirle primero a la habitación de los hijos que no tiene para que les arrope y dé dos besos de buenas noches y después hasta la cama donde duerme la mujer que tampoco tiene. Confuso se pone el pijama, se lava los dientes y se tumba a su lado para descansar del duro día de trabajo que no tiene. Y piensa en mañana, en el futuro. 



Rompecabezas

De Sara me he quedado sus ojos verdes, de Noelia sus labios carnosos, de Alicia su cabello negro azabache, de Cristina sus largas piernas, de Patricia su generoso corazón y así he ido recomponiendo a la mujer de mis sueños. Ahora con las manos manchadas de sangre me pregunto qué hacer con todas las piezas que sobran.




David Moreno Sanz (Zaragoza)

Conocido en la blogosfera como No Comments o el indio. Empezó en el género de los microrrelatos por mediación de algún hechicero, sólo así se explica que un hombre en origen de ciencias se vea atrapado en el mundo de las letras.
Desde febrero de 2012 administra el blog microSeñales de humo (http://microseñalesdehumo.blogspot.com)
Representa la continuación de uno anterior que se abrió en el 2009 (http://nocomentsno.blogspot.com)
En estos años ha conseguido alguna distinción y ha publicado en algunos libros recopilatorios (Antología Triple C, De antología: la logia del microrrelato…)  y revistas tanto impresas como digitales dedicadas a lo breve.
En 2014 autopublicó (Bubok) su primer libro de microrrelatos: microSeñales de Humo.